Rumor de horas gastadas
Versos proscritos
Me enganché en ti
Me colgué en tus pechos
Me hundí en tu vientre
El agua del otoño calmó mi sed
como nunca lo hiciera
fuente alguna en primavera
Al final de la tarde
queda el rumor de las horas pasadas
Los besos robados al tiempo
Los versos prohibidos
Album de recuerdos
Retazos de luz a la sombra de un poema
Al final de la tarde
Se van los jadeos
Llega el silencio
Quedan los latidos
a un corro de sombras ávidas de historias de amor
Gracias a la vida por haberlo permitido
Habrá o no habrá un nuevo día
Alma mía
¡A quién le importa!
Después de haber sentido intensamente
tu obra más lograda
Ya no hay noche, poeta, que me espante
Ni día del que espere algo mejor
En vuelo raso quedaré siempre expectante
Atento el oído al cantar del ruiseñor.
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