Ya extinguida la luz que parecía desde el sueño señalarme un nuevo rumbo, agotado ya el camino y la energía de mis pasos transformada en inercia total |
calmo el vacío |
de mis días
con la esencia de un segundo. Un segundo que entre tiempos administro |
gota a gota, lentamente sin apuro. |
Un segundo |
el más
sublime el decisivo el más seguro. |
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¿Qué valor tiene el flujo de un segundo ante el caudal incontenible de una vida? ... Y la vida se decide en un segundo. En un segundo se dispara la palabra sin retorno |
aquella que hiere a su llegada aquella que al salir deja una herida |
En un segundo se nos va toda esperanza |
la que nunca tuvimos la que creímos tener y la perdida. |
En un segundo, no más, ¡en un segundo! --- |
En un segundo |
que la aguja del reloj marca y desprecia |
se nos escapan los colores |
de la luz en estampida. |
--- |
Por el segundo en que olvidé cerrar la puerta entró a robarme quien mis bienes codiciaba. En un segundo, sin pensar, di un paso al frente y a mi camino abrió la tierra sus entrañas. ¡Ah! ¡quien pudiera retornar a ese segundo con que limitan la alegría y el lamento! ese segundo que se lleva cada hora de cada día con sus tardes y mañanas. Todas las noches se nos van en un segundo todas las puestas de sol, todas las albas. (1998) |
viernes, 26 de junio de 2020
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