...Y en sueños trocose
un día cualquiera
su largo camino
su vida primera
cuando en un suspiro
con paso cansino
por buscar su cielo
regresó a la tierra.
Así nos dejó un día de abril - recién entrada la primavera - los campos en flor que fueran su vida lloraron su marcha gritaron su ausencia y acaso rezaron pidiendo clemencia para quien no tuvo más grande pecado que amar demasiado todo cuanto amó... Y no es decir mucho que amó en demasía... de sonrisa fácil siempre al llanto presta que llanto y sonrisa conjungan los tiempos de un mismo sentir vivió y desvivió los sueños de todos la risa de todos fue su propia risa con todos, el llanto de todos, lloró Quizas fue por eso que al eco apagado de su último adios se unieron los robles los pinos se unieron el castaño al cielo su voz elevó con un grito amargo que apenas audible llegó a mis oidos hirió mis sentidos apagó mi voz. Yo estaba tan lejos... ¡Ah! quien cerca estuviera... yo nada sabía de su sufrimiento... de haberlo sabido... ¡No!, no habría sido menos mi dolor. Ahora le canto (nunca antes lo hiciera) Ahora quisiera volver a sus brazos posar mi cabeza sobre aquel regazo que en tiempos de infancia tanto me acunó que fue mi refugio cuando tuve miedo y cuando hubo frío me dio su calor... Ahora quisiera abrazado a su espalda dormir como otrora el sueño tranquilo de quien nada teme ni al fantasma que vive en clamores pasados ni a futuros ocultos tras cielos nublados... Ahora quisiera... pero este querer anacrónico, a deshora no tiene el poder de volverla a la vida no tiene más fuerza que el calmo lamento de un niño que llora por su hada perdida en los bosques del tiempo se oye un suspiro que rompe el silencio se detiene la pluma se apaga la voz ... |
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