"Quien tenga algo que objetar acerca de lo que yo escribo, sólo piense y recuerde que: Lo que expongo, es mi experiencia y mi pensamiento; no puedo exponer ni su experiencia ni su pensamiento. Si mi experiencia fuese igual que su experiencia y mi pensamiento fuese igual que su pensamiento, entonces usted sería yo... y de ello, a ambos nos libre Dios."
(José L. Dasilva N., manifiesto personal, xxxx)
"El comunismo no priva a nadie del poder de apropiarse productos sociales; lo único que no admite es el poder de usurpar, por medio de esta apropiación, el trabajo ajeno."
(Marx y Engels, Manifiesto Comunista, 1848)

domingo, 9 de agosto de 2020

La paz de las armas...

La paz de las armas es una guerra que duerme...

No hay guerra que traiga paz.
No hay paz que de una guerra se obtenga.

Las armas no cambian situaciones. Sólo sirven para determinar quien ejerce el control y mientras haya un sólo individuo que pretenda controlar la paz, cualquier apariencia de paz no será más que eso, una apariencia temporal.

Las palabras, sin embargo, van más allá; promueven cambios de actitud. Ciertamente los resultados son muy lentos pero lo logrado con palabras, mucho o poco (que algo siempre se logra), es real y permanente.
Un sólo inocente que caiga basta para invalidar la mejor de las intenciones

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